¿Cómo hacer pasta de tomate casera?

La pasta de tomate es uno de esos ingredientes esenciales que se utilizan como base en innumerables recetas. Desde una salsa para pizza hasta un guiso criollo o una pasta napolitana, esta preparación concentra todo el sabor del tomate en una forma espesa, versátil y deliciosa. Si bien es común encontrarla enlatada en supermercados, muchas personas están optando por hacer su propia versión casera, más saludable y sin aditivos artificiales.

Hacer pasta de tomate en casa no es complicado. Solo se necesita algo de tiempo, tomates maduros y una olla. En esta guía completa se explica cómo prepararla paso a paso, qué ingredientes usar, cómo conservarla por más tiempo y qué beneficios ofrece frente a las versiones comerciales. Además, se comparten consejos prácticos, variaciones de la receta y respuestas a las preguntas más frecuentes sobre su preparación.

¿Qué es la pasta de tomate y por qué hacerla en casa?

La pasta de tomate es una preparación concentrada hecha a partir de tomates cocidos, triturados y reducidos hasta obtener una textura espesa y de sabor intenso. A diferencia del puré de tomate o de la salsa, su consistencia es mucho más densa, con menos contenido de agua, lo que permite conservarla por más tiempo y usarla como base en preparaciones que requieren un sabor potente.

El principal motivo por el que muchas personas deciden hacerla en casa es el control sobre los ingredientes. Las versiones industriales suelen contener conservantes, azúcares añadidos o niveles de sodio elevados. En cambio, una receta casera permite utilizar únicamente tomates frescos, ajustar el sabor al gusto personal y asegurarse de que no haya aditivos innecesarios.

Además, preparar pasta de tomate en casa suele ser más económico cuando se aprovechan tomates de temporada o cosechas propias. También es una forma de reducir residuos, ya que se puede almacenar en frascos reutilizables y evitar envases plásticos o latas.

Ingredientes para hacer pasta de tomate casera

Los ingredientes son simples, pero es clave que sean de buena calidad. A continuación, se listan los básicos para una receta estándar:

  • 2 kilogramos de tomates maduros (tipo chonto, Roma o perita)
  • 1 cucharadita de sal (opcional)
  • 1 cucharada de aceite de oliva (opcional)
  • 2 dientes de ajo (opcional)
  • 1 hoja de laurel o albahaca fresca (para saborizar, opcional)

Es importante que los tomates estén bien maduros, firmes y sin moho. Cuanto más dulces y jugosos sean, mejor será el sabor final de la pasta.

Utensilios necesarios

Aunque no se requiere equipamiento sofisticado, tener los siguientes utensilios facilitará el proceso:

  • Olla grande
  • Licuadora, procesador de alimentos o pasapurés
  • Colador fino o tamiz
  • Espátula o cuchara de madera
  • Frascos de vidrio con tapa hermética (esterilizados)

Embudo (opcional, para envasar más fácilmente)

¿Cómo hacer pasta de tomate casera paso a paso?

A continuación se describe el proceso completo para hacer pasta de tomate en casa, desde la selección de los tomates hasta su envasado.

Lavar y preparar los tomates

Primero, se deben lavar muy bien los tomates para eliminar cualquier suciedad. Si se desea, se pueden pelar utilizando el método del escaldado: se hace un corte en cruz en la base de cada tomate, se sumergen en agua hirviendo por 30 segundos y luego en agua fría para retirar fácilmente la piel. Este paso es opcional, ya que más adelante se colará la mezcla.

Luego, se cortan en trozos grandes, eliminando el corazón si es muy fibroso.

Cocinar los tomates

Los trozos de tomate se colocan en una olla grande y se cocinan a fuego medio durante unos 20 minutos, removiendo ocasionalmente. A medida que se cocinan, los tomates liberan su jugo. No es necesario añadir agua. Cuando estén completamente blandos, se retiran del fuego.

Licuar o procesar

Una vez tibios, los tomates se licúan hasta obtener una mezcla homogénea. Si se desea una textura más rústica, se puede usar un pasapurés. Después de licuar, se pasa la mezcla por un colador fino o tamiz para retirar semillas y restos de piel. Este paso garantiza una pasta de textura suave.

Cocinar la pulpa para concentrar

La pulpa colada se devuelve a la olla y se cocina a fuego bajo. Este es el paso más largo y crucial, ya que se trata de reducir la mezcla hasta obtener una consistencia espesa. Puede tardar entre 40 minutos y 1 hora. Es importante remover constantemente con una espátula para evitar que se pegue al fondo o se queme.

En este punto se pueden añadir sal, ajo triturado, aceite de oliva o hierbas para dar más sabor, si se desea.

Ajustar sabor y textura

Una vez que la pasta tenga la consistencia deseada, se prueba y se ajusta de sal. Si se prefiere más espesa, se continúa la cocción unos minutos más. Si se va a usar para conservas, se recomienda que no quede demasiado líquida.

Envasado y conservación

Con la pasta aún caliente, se vierte en frascos de vidrio previamente esterilizados. Se debe dejar un pequeño espacio libre antes de cerrar herméticamente. Si se desea conservar por más tiempo, los frascos pueden ser procesados en baño maría durante 30 minutos para crear un vacío y alargar su vida útil sin refrigeración.

Cómo conservar la pasta de tomate por más tiempo

Existen varias formas de conservar la pasta de tomate casera dependiendo del uso que se le dará:

En la nevera: En un recipiente hermético, dura hasta una semana.
En el congelador: Se puede dividir en porciones pequeñas (en bandejas de cubos de hielo, por ejemplo) y congelar por hasta 6 meses.
En conserva al vacío: Si se hace el proceso de baño maría correctamente, la pasta puede durar hasta 1 año sin abrir, almacenada en un lugar fresco y oscuro.

Es fundamental etiquetar los frascos con la fecha de elaboración. Una vez abierto, se recomienda consumir el contenido en un plazo de 5 a 7 días.

Usos de la pasta de tomate en la cocina

La pasta de tomate casera es muy versátil. Aporta profundidad de sabor y color a diferentes recetas. Algunos de sus usos más comunes son:

  • Base para salsas de tomate
  • Guisos y estofados
  • Sopas
  • Pizza casera
  • Arroz rojo
  • Albóndigas
  • Aderezo para hamburguesas vegetarianas

Una pequeña cucharada suele ser suficiente para realzar el sabor de cualquier preparación.

Variaciones y versiones alternativas

Aunque la receta básica de pasta de tomate casera cumple con la mayoría de necesidades culinarias, existen múltiples formas de adaptarla según el gusto personal, el uso previsto o las restricciones alimenticias. A continuación, se presentan algunas variantes comunes y otras menos conocidas que permiten explorar nuevos sabores y aplicaciones:

Con ajo y albahaca (versión italiana clásica)

Agregar unos dientes de ajo al salteado inicial y unas hojas de albahaca fresca al final de la cocción transforma la pasta en una base aromática perfecta para salsas de estilo italiano, como la marinara o la napolitana. Esta variante es especialmente útil para platos como lasañas, pizzas caseras o pastas simples con aceite de oliva.

Sin sal (opción baja en sodio)

Ideal para personas con hipertensión, dietas controladas en sodio o bebés en etapa de alimentación complementaria. La ausencia de sal no compromete la conservación si se mantiene la esterilización adecuada y se almacena correctamente.

Picante

Al incorporar chiles rojos secos, ají molido o incluso unas gotas de salsa picante durante la cocción final, se obtiene una pasta de tomate intensa y vibrante. Esta versión es excelente para dar carácter a guisos, tacos, sopas picantes y marinadas.

Deshidratada (concentrado en polvo)

Una técnica menos conocida consiste en extender la pasta cocida sobre bandejas de silicona y secarla en horno a baja temperatura o en deshidratador hasta que forme láminas. Estas se pueden romper y triturar para obtener un polvo de tomate concentrado, ideal como condimento seco para sopas, snacks o mezclas de especias.

Con cebolla caramelizada 

Agregar cebolla cocida lentamente hasta caramelizar le da un perfil dulce y profundo, ideal para platos que requieren un fondo de sabor más complejo, como estofados, salsas para carnes o platos vegetarianos de sabor robusto.

En versión ahumada (para barbacoas o recetas rústicas)


Añadir pimentón ahumado, tomates asados a la leña o unas gotas de humo líquido da como resultado una pasta de tomate con notas profundas y ahumadas, perfecta para costillas, hamburguesas, arroces o como base para salsas BBQ caseras.

Fermentada 


Aunque menos común, algunos cocineros experimentan dejando fermentar ligeramente el puré de tomate antes de cocinarlo por completo. Esto potencia los sabores naturales del tomate y aporta una nota umami que puede recordar al miso o la soja fermentada.

En conserva con especias (versión gourmet)


Al preparar la conserva final, se pueden añadir especias como clavo, laurel, orégano, pimienta negra o incluso canela en pequeña cantidad. Esto transforma la pasta en una versión más aromática y sofisticada, lista para usar como salsa directa sin ajustes adicionales.

Beneficios de la pasta de tomate casera para la salud

Hacer pasta de tomate en casa no solo mejora el sabor de las comidas, sino que también tiene beneficios nutricionales:

Mayor concentración de licopeno

Este antioxidante presente en el tomate se potencia con la cocción. El licopeno está asociado con beneficios para la salud cardiovascular y prevención de ciertos tipos de cáncer.

Sin aditivos

Al evitar colorantes, conservantes y azúcares añadidos, se obtiene un producto más natural.

Control del sodio

Ideal para personas que necesitan reducir el consumo de sal.

Apta para dietas veganas y vegetarianas

No contiene ingredientes de origen animal.

Preguntas frecuentes sobre cómo hacer pasta de tomate

¿Qué tipo de tomate es mejor?

Los tomates tipo Roma, perita o chonto son ideales por su bajo contenido de agua y alto sabor. Evitar los tomates verdes o demasiado jugosos.

¿Puedo hacer pasta de tomate sin licuadora?

Sí. Se pueden cocinar bien los tomates y luego pasarlos por un colador o tamiz con ayuda de una cuchara. Es más laborioso, pero efectivo.

¿Cuánto dura la pasta de tomate casera?

En la nevera, hasta 1 semana. En el congelador, hasta 6 meses. En conserva al vacío, hasta 12 meses sin abrir.

¿Cómo evitar que quede muy líquida?

El secreto está en la cocción lenta y prolongada. Hay que evaporar todo el exceso de agua sin prisa, removiendo constantemente.

¿Se puede hacer sin sal?

Sí. La sal es opcional. Se puede añadir después al momento de usarla.

¿Sirve para bebés?

Sí, siempre que no contenga sal ni especias picantes. Es una excelente base para papillas o comidas blandas.

Hacer pasta de tomate casera es una práctica que combina sabor, salud y sostenibilidad. Permite aprovechar tomates maduros, reducir el consumo de productos industrializados y tener a mano un ingrediente clave en la cocina diaria. Aunque requiere algo de tiempo, el resultado vale completamente la pena.

Una vez que se prueba esta versión natural, es difícil volver a las pastas procesadas. Además, se puede conservar fácilmente, compartir con amigos o usar como regalo hecho en casa.

Para quienes buscan mejorar su alimentación y disfrutar de sabores más auténticos, aprender cómo hacer pasta de tomate en casa es un paso sencillo, pero significativo.

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